El florecimiento de los árboles, la extensión de los arroyos

Cuando las raíces del árbol son profundas, sus hojas florecen de forma natural. Cuando la fuente del arroyo es abundante, fluye de forma natural y se extiende hasta la lejanía. Así funciona todo aquello que tiene un fundamento.

Al observar esto me doy cuenta de que este es el Tao de la preservación y mantenimiento de lo fundamental. La vitalidad original, la energía original y el espíritu original de los seres humanos son los fuentes de la esencia y de la vida. Cuando la vitalidad original no mengua, el cuerpo está completo. Cuando la energía original está intacta, la vida está a salvo. Cuando el espíritu original  no ha sido enturbiado, la esencia es clara.

Cuando el cuerpo esté completo, la vida esté a salvo y la esencia sea clara, no habrá ninguna de los millones de cosas que existen que pueda afectarte. La creación no te podrá constreñir; tu naturaleza y tu destino dependerá de ti, no del Cielo.

Lo mismo ocurre con las hojas que florecen cuando las raíces de los árboles son profundas, o con el caudal de un arroyo que se extendiende hasta la lejanía cuando su fuente es abundante. Cuando la base está establecida, surge el Camino; la vida potencial está siempre presente y nunca cesa.

Sin embargo, la mayoría de las personas carecen del suficiente conocimiento para preservar y mantener lo esencial, por el contrario, se ocupan de los brotes, creyendo equitativamente que, de ese modo, alcanzaran al Tao. Es como intentar buscar un pez en un árbol; resultara inútil. ¿Acaso no es una estupidez?

(SIC)

Despertar al Tao, Tesoro de meditaciones taoístas, Liu I-Ming. (Versión de Thomas Cleary)