“太乙救苦天尊” Tài yǐ jiù kǔ tiānzūn

Por: 景威道长 (Hervé Louchouarn)

En la cultura Daoísta existe, como en cualquier proceso espiritual, un ser que ama y ayuda a todos los seres vivos. Siempre está listo en apoyar a los demás en sus dificultades y sus sufrimientos. Este gran maestro espiritual es: 太乙救苦天尊 “Tài yǐ jiù kǔ tiānzūn”: venerable celeste máximo segundo que alivia los sufrimientos, también llamado 青玄大帝qīng xuán dàdì: gran dios del misterio puro, 青华大帝qīng huá dàdì: gran dios del resplandor puro. Es el más importante de los Nueve Señores Celestiales (a veces se muestra como uno de los dos asistentes del Emperador de Jade,), aunque hoy es poco conocido fuera de los límites de los creyentes daoístas. A veces es comparado al Buda Amida (“Āmítuófó”) quien prometió que cualquier ser, en cualquier universo, que lo llamará por su nombre, tan sólo diez veces, podría renacer en su reino celestial llamado la «Tierra Pura». “Tàiyǐ jiù kǔ tiānzūn” también tiene su propio reino celestial, se dice que es un país maravilloso dónde hay un palacio en los cielos del Este 東方長樂 世界dōngfāng zhǎnglè shìjiè: «El mundo oriental de la felicidad eterna».

El ser humano se materializa sobre esta Tierra para vehicular la consciencia original, por lo mismo recibe del Dào, la naturaleza性 y la vida 命. Para poder entender nuestra naturaleza, tenemos que pasar por pruebas muy difíciles, sufrimientos y calamidades. Por lo mismo, seres elevados, que han pasado por estas dificultades o que observan desde sus recintos celestiales, tienen compasión de los errores que cometemos, nos apoyan en el camino del entendimiento y nos regalan herramientas para lograr disminuir nuestras penas.

Siempre prestan atención al llamado de los desesperados, de los extraviados para ayudarlos a encontrar el camino de la virtud. Por lo mismo, al oír su nombre, “Tàiyǐ jiù kǔ tiānzūn”, responde con su presencia y logra un sin número de prodigios, todos estos méritos han sido estudiados en los últimos milenios y son descritos a continuación. Al mencionar su nombre “Tàiyǐ jiù kǔ tiānzūn” (pronunciar: tai i djiu qu tian tsun) y repetirlo varias veces, podemos empoderar cualquier proceso y transformar cualquier situación desfavorable.

  1. Ayuda a fortalecer el cuerpo y la mente, resuelve todo asunto no deseado.
  2. Puede redimir a las almas pérdidas (fantasmas).
  3. Puede reunir las nueve almas y los tres hún.
  4. Puede mejorar la suerte y ayudar a resolver muchos procesos demoniacos.
  5. Puede curar enfermedades, dando salud y longevidad.
  6. Elimina los malos deseos y las envidias, disuelve los fú (talismanes, brujerías).
  7. Mejora la fortuna y la suerte en los negocios, da riqueza, ayuda a los desfavorecidos a eliminar sus penas.
  8. Elimina todos los espíritus maléficos de la tierra, sana todo aquel que ha sido agredido (violación, asalto…).
  9. Ayuda a disolver los matrimonios incompatibles.
  10. Puede favorecer los embarazos difíciles y los partos riesgosos.
  11. Puede repeler los espíritus extraños, así como eliminar las pesadillas.
  12. Puede contrarrestar el efecto de los venenos y también puede desechar la peste.
  13. Puede aminorar los sufrimientos de todos los seres vivos en el infierno.
  14. Puede quitar las lluvias para disminuir las inundaciones.
  15. Elimina las tres calamidades y las nueve dificultades * y favorece la longevidad.
  16. Disipa las amenazas de la delincuencia. Ayuda para no cometer errores.
  17. Puede disminuir el efecto de la acción-reacción (Karma). Elimina las injusticias.
  18. Permite el auto cultivo del cuerpo y el fortalecimiento de la naturaleza del ser para lograr el entendimiento y la iluminación.

Con solo pronunciar el nombre de “Tàiyǐ jiù kǔ tiān zūn” se puede lograr una cantidad inimaginable de virtudes y méritos. Así como los budistas pronuncian el nombre de “Āmítuófó”, se puede nombre a “Tàiyǐ jiù kǔ tiān zūn” para recibir apoyo y protección, para bendecir al prójimo, una oración que utilizan los creyentes del daoísmo. Durante estos rezos pueden aparecen molestias muy sencillas como calor, acidez, hinchazón, dolor, picazón, frío, alegría, pero son pasajeras y solo acompañan el proceso espiritual. Pueden repetir este sonido muchas veces, en grupos, con enfermos o solos para lograr un estado de consciencia que ayudará al necesitado, a tranquilizar la angustia, a recuperar la armonía interior…

La imagen de este gran maestro ascendido puede verse en el templo de 长春观Chǎngchūnguān de México en la ciudad de Cuernavaca.

*En el Daoísmo las tres calamidades provienen de los movimientos del agua, del fuego y del viento y las nueve dificultades son: la tierra, el ser humano, los demonios, samādhi (estado de consciencia), la naturaleza del ser, acción y reacción (Karma), la intención, hún y pò, la inexorable fatalidad (muerte).