El agua sucia está turbia; permite que se asiente y se volverá transparente. El espejo polvoriento está borroso; limpialo y estará brillante.
Al observar esto me doy cuenta de que este es el Tao de la clarificación de la mente y de la percepción de su esencia.
La razón por la que las mentes de los hombres no son claras y sus naturalezas no son estables es que están llenos de anhelos y de emociones. Si a esto añaden eónes de hábito mental, de influencias adquiridas que engañan a la mente y cuyos brotes obstruyen la entrada de la conciencia, esto se asemeja al agua que esta sucia, el espejo que esta polvoriento. Se ha perdido completamente la verdadera mente original y la verdadera esencia original. Las sensaciones y los sentidos son indisciplinados, están sometidos a todo tipo de influencias, recogen todo tipo de cosas, corrompen la mente.
Si uno es capaz de darse cuenta de repente de esto y cambiar de dirección, de barrer la polución y la contaminación, eliminar gradualmente toda una vida de hábitos mentales tendenciosos, pensamientos errantes y acciones perversas, de aumentar la fuerza por medio de la constancia y de eliminar la escoria hasta que no quede nada mas que eliminar, cuando desaparezca la escoria, quedara el oro puro. La mente original y la esencia fundamental aparecerán espontáneamente en su totalidad, la luz de la sabiduría surgirá repentinamente, y uno vera claramente el universo como si lo tuviera en la palma de la mano, sin ningún impedimento.
Ocurre lo mismo que con el agua turbia que recupera la transparencia cuando se asienta, como el espejo polvoriento que recupera su brillo cuando se pule. Lo fundamental permanece como siempre, sin mácula.
(SIC)
Despertar al Tao, Tesoro de meditaciones taoístas, Liu I-Ming. (Versión de Thomas Cleary)