Presentación del “capitulo la cuestión central de la vida” del libro de la vía del no apego; del autor Dhiravamsa.

Como una herramienta más, del estudio de nuestras emociones, con el objetivo de despertar nuestra consciencia, desarrollando en nosotros la plena y real observación de nuestros condicionamientos, de la mente conflictiva, el apego a ciertos emociones patógenas como el miedo, la ira, frustración. Nos ayudará a darnos cuenta de cómo vemos nuestro entorno social, así como nuestro comportamiento ante cualquier suceso en la vida cotidiana.

Destacamos un capítulo del libro de la vía del no apego; La cuestión central de la vida; del cual te presentamos una parte del capítulo, con la finalidad que lo repases y observes con mayor profundidad lo que el autor te sugiere como una herramienta de transformación y visión profunda.

Dhiravamsa

Datos biográficos:

Nacido en Tailandia, se incorporó a una Orden Monástica Budista a los trece años, donde se formó como monje durante veintitrés años. Después consiguió la más alta graduación en Estudios Budistas, Religiones Comparadas y Temas de Actualidad. También fue instructor de psicología educativa.

En 1965 viajó a Inglaterra, acompañando a su maestro. Allí creó la Comunidad y Centro de Retiros de Chapter House y en la isla de San Juan (estado de Washington) creó el Centro de Meditación Vipassana.

Desde el año 1971 y tras veinte años de retiro como monje en Tailandia, Dhiravamsa dejó los hábitos y se dedicó a impartir sus enseñanzas en Europa, América y Australia. Integra su práctica de meditación Vipassana con el Eneagrama y otras terapias de crecimiento personal occidentales.

Actualmente ha fijado su residencia en España y dirige talleres en todo el mundo

<<La Cuestión Central de la Vida>>

<<Quizás podamos descubrir cual es la cuestión central de la vida, el punto básico capital. Las personas tienen ideas diferentes sobre lo que es el vivir, y algunas cosas se tornan importantes de acuerdo a nuestras ideas y opiniones. A medida que éstas se van acumulando, nos preguntamos si existe un punto central o cuestión universal que no tenga en cuenta las opiniones, puntos de vista o filosofías. Es muy o punto central.

Debe haber algo universal, y todos conocemos gente que busca algo por medio de distintos caminos, ya sea a través de la práctica religiosa o mediante la política o lo social; todos buscan idénticos fines. Cada uno le dará distintos nombres, pero se trata de la libertad. Todos quieren liberarse. Si ya fuéramos libres, no tendríamos necesidad alguna de buscar la libertad o tratar de conseguirla.

Por lo tanto, en primer lugar, hemos de observarnos a nosotros mismos para descubrir porque no somos libres y, a partir de este punto, existe la posibilidad de dar con el camino. Si no lo entendemos, sólo buscaremos de acuerdo a nuestras ideas y no seremos capaces de hallarlo, al estar siguiendo meras técnicas. En la conformidad no hay libertad, ya sea interna o externa. Si nos examinamos a nosotros mismos, podemos comprobar cual es la autoridad u obstáculo que nos impide la libertad. Tenemos miedo, estamos indecisos y deseamos seguridad. A causa de ello no somos libres para observar o actuar, pues tenemos la sensación de que si hacemos algo de lo que no estamos seguros, tendremos problemas.

Por tanto, la causa subyacente a no estar preparado para actuar libremente es el miedo, que puede ir acompañado de ansiedad, ignorancia y apego. Si no hay apego a nada, particularmente a la vida, entonces no hay temor. Apego a la meta de la vida, al logro y al éxito. Cuando queremos tener éxito, tratamos de alejar el fracaso y esta ansiedad refuerza el temor, el cual impide el éxito. Si no tenemos libertad de acción, el entendimiento intuitivo o introspección no pueden tener lugar y tenemos que confiarnos a información superficial.

Hemos de examinar esta cuestión detalladamente. El temor es el problema capital, puesto que está relacionado con el apego, la ignorancia, la ansiedad o la preocupación. Podemos preguntarnos ¿cómo superar el temor? Quizás podamos examinar la naturaleza del temor. ¿Es el temor algo muy real o es sólo un condicionamiento psicológico? Nos condicionamos a nosotros mismos al crearnos temor y ansiedad, no soportamos vivir en un mundo pequeño y al mismo tiempo queremos salir y vivir en el ancho mundo. Si nos observamos a nosotros mismos nos damos cuenta de algo muy extraño; deseamos alcanzar algo pero intentamos vivirlo de una forma inconsciente.

Lo que debemos hacer es vernos a nosotros mismos con claridad y ver como se conforma el temor. Nosotros mismos creamos los problemas de la vida. En cierto sentido, podemos decir que somos los problemas. De hecho, no hay ningún problema objetivo que exista por sí mismo. Un problema es únicamente una ilusión, una suerte de espejismo. Al ver un espejismo, sabemos que se trata de una ilusión, algo irreal. Puede parecer muy real visto a distancia, pero al acercarnos comprobamos que se trata de un espejismo. El instante en que lo comprobamos puede ser muy reconfortante, pero mientras sigamos viviendo en el mundo de la ilusión seguiremos teniendo miedo, inseguridad, duda y apego. ¿Cómo podemos salir del mundo de la ilusión? No hay necesidad de esfuerzo alguno. Más tratamos de salir, más confusión sufrimos, pues el esfuerzo es una forma de energía de distracción. Al realizar un esfuerzo no resolvemos realmente el problema, puesto que nos estamos conformando a una idea, una técnica, al conocimiento y a la experiencia, y de esta forma profundizamos y reforzamos nuestros condicionamientos. Qué extraños somos; queremos ser libres pero, por el contrario, caemos en los condicionamientos. Sólo podemos hacer una cosa: ver las cosas tal como son, tener una consciencia real de las cosas que percibimos y experimentamos por medio de los sentidos. La comprensión de nuestra situación es el primer paso a la libertad. No debemos considerar la libertad como el fin de la vida, sino como el principio. De otro modo, sólo iremos en pos del fin, la meta y, al ir tras el fin, la meta, sin gozar de libertad, nunca llegaremos al fin y jamás alcanzaremos la meta.

Por tanto la clave del vivir es sólo vivir en cada momento, sin crisis alguna. Al emocionarnos creamos algún tipo de crisis. Si lo entendemos, no caeremos en la crisis, o nos veremos desbordados por ella, pues somos conscientes de que queremos emocionarnos. Volvemos al punto básico: nosotros somos el problema. Con el fin de resolver cualquier problema, tenemos que entendernos a nosotros mismos y la forma en que creamos los problemas. No hemos de culpar a nadie ni a ninguna cosa, ni siquiera a nosotros mismos. Cuando decimos que somos el problema, no nos estamos culpando, estamos simplemente exponiendo un hecho; no nos estamos acusando, si no examinando la situación con la intensión de ver con claridad que tal problema es creado por éste o aquel estado mental, o por ésta o aquella condición nuestra. Al nacer la comprensión interior, el problema simplemente desaparece. De hecho el problema no puede resolverse, simplemente se disuelve cuando existe compresión. Esto es particularmente verdadero cuando se trata de problemas psicológicos.>>

Consultar el libro para seguir leyendo este capítulo.

Por favor contesta las siguientes preguntas extraídas del libro, se honesto y lo más objetivo, se trata de observar tus condicionamientos y apegos.

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