La alternancia de las cuatro estaciones

Primavera, verano, otoño e invierno; estas son las cuatro estaciones. En primavera las cosas brotan, en verano crecen, en otoño se cosechan, en invierno se almacenan. Cada una tiene su momento, y después deja el turno a la siguiente; una vez completado el ciclo, este vuelve a comenzar, y de ese modo, las cuatro estaciones están unidas entre sí en un ciclo eterno.

Al observar esto me doy cuenta de que este es el Dao de la causalidad mutua, de la sustracción y de la adición. Lo que quiero decir aquí con la palabra sustracción es la sustracción del exceso de fuerza y de volatilidad, y lo que quiero decir con adición es la adición para llenar el vacío dejado por la maleabilidad y la debilidad. Cuando uno es fuerte sin permitir que la fuerza llegue demasiado lejos, y es flexible sin volverse inefectivo, la fuerza se combina con la flexibilidad y la flexibilidad se aplica con fuerza.

Cuando se combinan la fuerza y la flexibilidad, cuando se combinan el yīn y el yáng, es posible ser alto o bajo, grande o pequeño; es posible avanzar o retirarse, estar de acuerdo o enfrentarse. Cuando te adaptas de forma desinhibida, cuando lo directo y lo indirecto trabajan de forma conjunta, te fundes con el orden de las cuatro estaciones. Al cambiar libremente, hay un cielo y una tierra en el cuerpo de cada uno, una Creación en la mente de cada uno, y sin embargo, uno  no se ve constreñido por el cielo, la Tierra o la Creación.

(SIC)

Despertar al Tao, Tesoro de meditaciones taoístas, Liu I-Ming. (Versión de Thomas Cleary)