Con broche de oro se ha engalanado la llegada del año nuevo 4722 甲辰 jiǎ chén: madera yáng con influencia de la energía del dragón, celebrando la importante fiesta 春节 chūn jié, es decir, el Festival de la primavera en 墨西哥长春观Mòxīgē de Cháng chūn guān, Templo de la eterna primavera de México, en la ciudad de Cuernavaca, Morelos.
Desde temprana hora, aún antes del amanecer, ya se podía encontrar al abad del templo, 景威道长Jǐngwēi Dào Zhăng, ultimando todos los detalles para el inicio de éste gran evento, apoyado por sus discípulos y por fieles asistentes a 龙山 lóng shān, Montaña del Dragón, de manera tal que, al elevarse el sol, tímidamente comenzaron a resplandecer los faroles rojos y los adornos con motivos amarillos y dorados que adornaban las distintas áreas y rincones distantes del recinto.
Cada detalle fue visiblemente cuidado. No había lugar en el que se posaran los ojos y que no ofreciera una hermosa estampa para recordar: Abanicos, flores, agua fluyendo, peces, enormes y protegidos árboles, imponentes construcciones rojas con numerosos e intrigantes adornos y motivos fueron materia prima para el deleite de cada asistente que se dio cita en el lugar.
La afluencia al sitio fue numerosa, y dado que muchos no querían perderse los momentos importantes que tendrían lugar, arribaron desde las ocho de la mañana, a pesar de que las 9:30 era la hora marcada de manera oficial.
Así pues, y sin darnos cuenta, de un momento a otro había ya iniciado la venta del delicioso café y los panes al vapor. No pudimos esperar para adquirir nuestro vaso oficial para ir después a relajarnos en uno de los tantos lugares disfrutando nuestras bebidas y rompiendo el ayuno. También hubo disponibles tés de diferentes variedades y deliciosas aguas aromáticas con romero, cola de caballo y menta.

A la hora acordada ya todo era fiesta, y ya se podían adquirir múltiples artículos en los diferentes stands ubicados en la explanada, desde playeras y sudaderas conmemorativas hasta pulseras, bolsas de la abundancia y buena fortuna, llaveros, juegos de té, cojines para meditar (zafús), thermos, listones para solicitar buena fortuna, galletas de la suerte entre muchos otros tantos. Y por si fuera poco se pensó también en los chiquitines, al disponer nuevamente con una mejorada zona infantil en donde se dispusieron algunos inflables, trampolines, juegos de mesa y actividades didácticas de pintura y dibujo, donde pudieron vivir momentos memorables.
En medio de la algarabía resonaron los tambores y platillos, y se elevó alegremente al cielo un fantástico dragón azul, hábilmente manejado por el grupo de danza china, seguido posteriormente por tres enormes leones chinos que pasearon con graciosa confianza en medio de todos los asistentes, en busca de risas y caricias.
Entre las actividades serias y formales para los adultos, tuvimos una hermosa y breve ceremonia donde se aperturó el templo a la comunidad, a cargo del abad del templo y de sus discípulos más cercanos, donde cada persona que así lo deseara fue libre de colocar un incienso y elevar así sus peticiones y oraciones al cielo, además de recibir la ya tradicional bolsa de la abundancia bordada con el 福 fú.

De manera simultánea se ofrecieron demostraciones de artes marciales, clases de 氣功 qì gōng, sesiones de masajes relajantes, una exquisita exposición de pinturas alusivas al dragón y una serie de conferencias: “Premisas de la alimentación daoísta”, “El organismo en primavera”, coronando con la conferencia magistral otorgada por el abad del templo titulada “Cuentos de los 8 inmortales”.

Casi sin darnos cuenta esas ocho horas se escurrieron como agua entre nuestros dedos, y el sol empezó a bajar en el horizonte, dejando en el aire un maravilloso y satisfactorio sentimiento. El año 甲辰 jiǎ chén: madera yáng con influencia de la energía del dragón se ha instalado, y tenemos la maravillosa oportunidad de vivirlo.