Cronica de año nuevo

Por 荣善 Róng shàn

Una vez más como cada año y con la gran ilusión de festejar acorde con las tradiciones y la usanza china, un par de días previo a la llegada de la primavera, en el Instituto Daoista para la Salud se celebra el final del año del cerdo y la llegada del año de la rata.

Lo anterior con beneplácito y sentimientos nobles de corazón, pues es sabido que, debido a la situación actual que se vive en China, no se permitió a aquellos ciudadanos celebrar esta fiesta tan importante con sus familias y seres queridos. Teniendolos siempre en mente, y sin alejarlos de nuestras oraciones, se celebró de la manera más digna posible tan emotiva fiesta.

En la fresca mañana del 2 de febrero del presente año se dieron cita aproximadente 200 personas a las instalaciones del templo de la Eterna Primavera ubicado en Cuernavaca, México, bajo una atmósfera de total respeto tuvo lugar una muy noble ceremonia en la cual se levantaron rezos y cantos a los maestros del cielo. Presidiendo la ceremonia, el maestro 景威道長 Jĭng wēi Dàozháng, acompañado de dos de sus discípulos más cercanos, ataviados con el ropaje específico y característico para el rito, enfilaron con silencio y respeto hacia la entrada del templo, y posterior a su ingreso se lo darán con respeto cada uno de los altares dispuestos dentro del mismo.

Con mágica e hipnotizante coordinación realizaron los movimientos característicos, acompañando la cadenciosa secuencia con cantos y percusiones que completaron la atmósfera de respeto y solemnidad necesaria.

En una ceremonia de aproximadamente una hora y media de duración los discípulos del abad del templo acompañaron al unísono con cantos tradicionales en forma de oración para elevar las plegarias al cielo y de esta forma ser escuchados por los maestros. Se pidió de forma especial por los presentes en la celebración y sus familias y por todas las personas en crisis en el lejano país de China.

Casi al terminar la celebración se realizó la bendición de todos los objetos que los asistentes llevaron para tal efecto al lugar, en su mayoría figuras y representaciones de la rata en consideración al año nuevo que inició. También se bendijeron dulces y pequeñas figuras doradas con chocolate a su interior para los niños, además de los ya tradicionales costales de buena suerte, los cuales no está de más decir, llevan tras de sí una minuciosa preparación, colocando en su interior cinco semillas de diferentes tipos polvo dorado imágenes de santos y una moneda para asegurar la abundancia en el año que se inicia.

Cada uno de los asistentes a la celebración incluidos niños y adultos recibió un obsequio a manos del Abad del templo posteriormente de ser bendecidos con agua. Ya finalizada la celebración se invitó a todas las personas a desayunar un delicioso platillo vegetariano y posteriormente a la conferencia de año nuevo otorgada en las instalaciones del Instituto Daoista para la Salud.

Siempre en una pacífica atmósfera de felicidad y risas se mantuvo el orden hasta la tarde del mismo día, momento en el que cada asistente fue abandonando el lugar con un buen sabor de boca y alegría en el corazón. Enhorabuena por un año más y esperemos vernos pronto en una nueva celebración. Feliz año de la rata de metal 2020.